[Sabe que Lavihiko se ha ido casi al instante. Había algo en ella que le hacía reconocerla de inmediato, tanto cuando aparecía como cuando se iba. Era sólo que esta vez no era el conejo, sino alguien diferente.
Por eso tiene que mostrarse tranquilo a pesar de que sigue preguntándose del por qué de ese comportamiento tan extraño de Lavihiko. Así que se mantiene lo más indiferente que puede, lo más serio de lo que es capaz]
Bienvenido.
[No sabía si era chico, pero algo le decía que sí. Aunque había algo raro en esa persona. Le provocaba algo que no sabía identificar. Pero tenía que ser porque, aunque fuera otra personalidad, seguía siendo el conejo. Por algo sentía esa familiaridad con él]