*Pero al final lo lograría, era una promesa. Quería ser optimista y pensar que finalmente conseguiría entregarse por completo a ese chico, y tal vez entonces entendería todo lo que pasaba por su cabeza, esas cosas que no tenían nada que ver con la enfermedad de Lavi. Hasta entonces, se esforzaría. Todavía tenía mucho trabajo por delante, pero merecería la pena esperar. Seguro.*
Tengo que irme... Hasta mañana cielo.
*Extiende la mano para acariciar la mejilla del doctor con mimo. Por ahora tenía que despedirse, y aunque la cita de hoy no había durado todo lo que quisiera, sabe que muchas más vendrán después de esta.*