*Recibe el beso con gusto, ahora permitiéndose el lujo de obtener lo que quiere cuando ha terminado de informar, de hacer lo que debía por el bien de los demás. Y ahora era su turno de disfrutar de su premio. Que no acumulase demasiado, decía el doctor. Se preguntaba si alguna vez podría juntar suficientes favores que le valieran para un polvo completo, que la dejase no sólo sucia de arriba abajo, sino también marcada y hasta dolorida en según qué partes. Pero desecha enseguida esa posibilidad. Sabe que por mucho que lo desee todavía había cosas que tenían prohibido, a fin de no dejar secuelas en el cuerpo de Lavi. Ese maldito Deak se las pagaría, ni siquiera podía dejarla tranquila después de haberla "matado".*