*Al principio lamenta que la aparten de la comodidad del abrazo, haciendo un pequeño ruido de molestia. Estar pegada al cuerpo de Lavi era agradable y se sentía bien, cálido y seguro, pero deja que lo haga y que Lavihiko limpie sus lágrimas*
Nh, no quería llorar pero no pude evitarlo.
*Se había emocionado tanto por encontrar a una persona que comprendía tan fácilmente su manera de ver las cosas que ni siquiera reparó en nada más. Pero era inevitable no hacerlo, hasta Lavihiko había captado rápido el lugar que ocupaba el chico en todo ésto*
Todo está bien conmigo, Kanda. ¿Ves?
*Y no duda en dedicarle una sonrisa, esperando que eso fuera prueba suficiente y rompiese aquel silencio en el que estaba inmerso*