*Escuchar decir a Kanda que era parte de la familia aumenta su gozo. Ella ya sabía de sobra que el doctor aceptaba de buena gana ese hecho, pero oírlo de sus propios labios era una satisfacción añadida. Sí, tenía la mejor familia de todas.*
Somos muchos en ella, pero no debes preocuparte. Yo puedo cuidar de ti, pareces buena.
*Aún no suelta las manos de Lavihiko, sosteniéndolas como si fueran algo realmente preciado. Había notado cómo parecía estar confusa respecto al asunto familiar y no le sorprende demasiado, la mayoría de personas reaccionaban de ese modo al saberlo. Incluso con eso, no debía temer nada, porque ella se encargaría de que la muchacha se encontrase lo suficientemente a gusto, como ya lo hacía con su amigo.*