[Al final se decidió a separarse, aún y cuando estaba más cómodo ahí de lo que lo había estado en mucho tiempo en cualquier otro lugar.
No era que fuera un hombre precavido, o al menos no esperaba correrse en el cuerpo del conejo, pero siempre traía pañuelos desechables en caso de que sus pacientes se pusieran a llorar durante las sesiones, cosa que prácticamente siempre ocurría. Así que al menos tenía algo con que limpiarse, aún si provocaría que las personas que hacían el aseo no parecieran tan divertidas por encontrarse papeles manchados de semen. Joder, al parecer él mismo tendría que sacar la basura.
En cuanto se dispone a limpiarlos a ambos, escucha lo que ella dice. Oírle decir aquello le sorprende gratamente, pareciera que era mucho más astuta de lo que debería. Claro, el conejo no debía de enterarse por nada del mundo o el otro conejo, el bastardo, lo sabría. Y le venía de perlas, porque no quería lidear con un conejo traumatizado porque se frotó contra él y se corrió arriba como en una mala película porno japonesa. Asiente, intentando lucir lo más casual posible]
El conejo no sabrá nada de esto, aunque seguro se sentirá algo cansado después de lo que hicimos.