[Todo, darle todo. Quisiera darle todo, para olvidarse de todas las circunstancias que le habían llevado a conocerla. A ella, esta mujer.
Incluso ha dejado de importarle el escándalo. Después de todo, la habitación del conejo estaba bastante apartada y era él quien se estaba encargando de vigilarlo en solitario; por eso no tenía ni que preocuparse. Además, no se privaría de esos gemidos, no estaba tan loco.
Se mueve más rápido, sintiendo esas descargas de placer que anticipaban al orgasmo que conocía tan bien. No había durado tanto como esperaba, pero si ese gesto en el rostro de ella no mentía, tampoco había estado tan desastroso]