[Masculla entre dientes, sintiendo cómo ella mueve sus caderas también, correspondiendo sus propios movimientos en su mano.
Aprieta más fuerte la mano con la que se sostiene al cuerpo de quien estaba bajo él, sin ponerse a pensar que probablemente eso sí que dejará marca. Puede sentir cómo ella aprieta sus dedos en su espalda, rozando su camisa. Si les permitieran tener las uñas largas, seguro que ya la hubiera rasgado. Le complace saber que ha logrado que esté hasta ese punto de placer.
Ya ni siquiera recuerda si debe preguntar más, ni siquiera si hay alguien más. Ahora sólo eran ella y él]