[Le mira por unos segundos, como si de pronto recordara que lo que ella decía era verdad. No le había besado ni una sola vez desde que habían empezado y aún así se había ido directamente a meterle la mano entre las piernas.
Que poco caballeroso de su parte. Sonríe por unos instantes, sabiendo que lo que piensa es una estupidez.
Deja de tocarle para tomarle del rostro, inclinándose más para unir sus labios a los del conejo. Por fin había terminado por besar a ese idiota, o al menos a su cuerpo. Otra de sus enfermas fantasías se estaba cumpliendo y no se arrepentía en lo absoluto. Aún y cuando fueran los labios de un hombre, lo hace con suavidad. Un beso para una mujer]