*Ese comentario sobre su amplia experiencia sexual estaba lejos de ofenderle. Era evidente que comparado con ella se sintiera casi un principiante, aún si no sabe con exactitud qué tan extensa era la experiencia del doctor. De hecho, le gustaba saber que reconocía sus habilidades en este tipo de situaciones, lo mucho que había aprendido en los escasos años que había podido tomar prestado el cuerpo de Lavi. A fin de cuentas, tras tantos encuentros con hombres ya era prácticamente una profesional con oficio, sólo que ella lo hacía por gusto.
Continúa desabrochando el cierre de esos pantalones, ansiosa por ver qué tan bueno era lo que encontraba dentro. Sin embargo, ese otro comentario no tenía lugar en este momento, no cuando se moría de ganas por aliviar la calentura que había provocado en el otro. ¿Tocarla sólo a ella...? Puede que fuera un poco zorra, pero no era una calientapollas. Al menos no con los hombres que le caían bien. Ese doctor debería de saber mejor que nadie que no le bastaba con ser la única complacida en la cama.*
Es cierto, cariño. Quiero que me toques... Pero te dejas algo importante.
*Al acabar de bajarle la cremallera cuela la mano bajo la tela para agarrar con algo de fuerza el miembro del chico, dejando escapar algún sonido placentero mientras lo hace. No era la única que deseaba que la consolaran en esta habitación.*