[Se echa la pastilla a la boca y se la toma junto al vaso de leche sin sorprenderse por su respuesta o alegarle algo más. Bueno, era obvio que no era el único, y aunque de pronto se siente algo decepcionado, suspira sintiéndose satisfecho con esa respuesta. En serio que era un masoquista.
Ya sabía que se iba a tomar el medicamento y sólo por eso estaría relajado y quizá podría conciliar el sueño, pero aún así sabe que no descansará mucho, tenía demasiadas cosas en la cabeza dándole vueltas.
Como por ejemplo, el por qué su "lado Renge" no había dicho nada hasta ahora. Con todo esto que pasó, se supone que ella es la que debería estar más feliz ¿no?]
Tu también me gustas. Pero a mi, no a Renge.
[Esto último lo dice lentamente y en voz más baja, más para sí mismo, como si diciéndolo en voz alta confirmara algo que él mismo acaba de concluir.]