[Le mira fijamente, queriendo lucir lo más distante y serio posible. ¿Por qué demonios tenía que preguntarle algo como eso? Idiota, ¿acaso no le había explicado lo que pasaba? Parecía que le gustaba sufrir, no sólo físicamente, sino psicológicamente. Maldito Alma]
Me gustas. Pero no te hagas ilusiones. No eres el único que me gusta. Pensé que ya te habías enterado de lo que pasaba conmigo, maldito imbécil.
[¿Por qué quería escuchar eso? ¿Pensaba que iba a mentirle? Tenía demasiados problemas como para concentrarse en algo como esto, joder. Le extiende el medicamento para que lo tome antes de que se termine su bebida, aún enfadado con él]