Haa... Todo es por culpa de la guerra... Todo... Tenía once años cuando pasó~
*Y no había olvidado ese suceso en medio del caos, aún si responde a esa nueva cuestión entre gemidos. Cómo añoraba las caricias y el placer que ese cuerpo le proporcionaba, y los besos, los juegos en su cuello, tanto mejor si la marcaban dejando evidencias de lo que hacían con ella. Esto sin duda era lo mejor de haber nacido. Merecía toda la pena.
Pasa los brazos por la espalda del muchacho, atrayéndolo. Su rodilla entre las piernas se sentía realmente bien, pero si quería más detalles tendría que complacerla con todo lo que tuviera para ella.*