[Si hubiera sido cualquier otra persona, en cualquier otro lugar, se hubiera levantado y se hubiera largado, no sin antes mascullar sobre lo puta que era.
Pero era el conejo. Es decir, era el cuerpo del conejo al menos. Le atraía, eso era bastante obvio, no por nada había pasado las noches en vela en un estado tan alterado que apenas podía contenerse. Aprieta los dientes ligeramente.
Que se abriera la camisa así y que le provocara. Tal vez ella no lo sabía, pero era mucho peor que tuviera ese cuerpo ahora y no el cuerpo que según ella tenía]
Supongo que el conejo bastardo te odiaba por esto precisamente.
[Desviar la atención. No sabía si eso era una ofensa o no, pero esperaba conseguir alejarla antes de que cometiera una tontería. Que él cometiera la tontería]