[La promesa de ella de hablar con los demás le tranquiliza un poco; la verdad después de escucharle decir lo que tendría que pasar para que los demás llegaran a donde estaban los otros refugiados, pensó que simplemente se iría. Lo mejor es que parece interesada, algo que podría ser de gran ayuda para el conejo.
Aunque esa confesión de resultar convincente le hace preguntarse de nuevo qué tan independientes se sentían los otros egos del conejo. ¿De verdad podrían llegar a sentir deseo el uno por el otro? ¿Había algo de narcisismo ahí? Debía de recordar lo obsesionado que estaba el conejo bastardo con Lavi.
Tenía que concentrarse en eso. Porque tampoco podía darse el lujo de permitir que los movimientos y gestos que la chica hacía en el cuerpo del conejo le distrajeran]
Sería de gran ayuda. ¿Hay algo más de lo que quieras hablar?