[Chasquea la lengua, apartándose poco a poco. Tenía que estar de broma. ¿Por qué lloraba? Maldición]
No podrás ir así. Voy a acompañarte. Te daré un analgésico para el dolor también.
[No quiere aceptar que, de hecho, se siente culpable, aunque no quiere aceptar tan siquiera que eso pasa por su cabeza. No le gustaba que llorara. No le gustaba que llorara en las sesiones y ahora mucho menos.
Debió saberlo. Que el sexo terminaría así. Qué ingenuo había sido]