[Si que le tomara de la mano le había sorprendido, no puede evitar sobresaltarse en cuanto siente las manos del conejo sobre sus hombros. Definitivamente esta chica era mucho más efusiva que el idiota pelirrojo y eso era decir mucho.
Pero al menos le había dado la razón, o eso parecía. Después de todo, era verdad. No podrían evitar que Deak lastimara a los demás, sobre todo si lo que quería era quedarse con el cuerpo del conejo. Resopla, intentando no lucir aún incómodo por el repentino contacto físico más íntimo del que esperaba]
¿Querrías encargarte de decirles? O, tal vez, en las siguientes sesiones, también pueda hablar con ellos, si es que la hipnosis lo que hace es abrir la puerta a ese escondite de ustedes.