[Aún siente tanto placer recorrer su cuerpo que tiene que resistirse a seguir gimiendo, pero no puede evitar hacerlo levemente cuando le escucha gemir y siente como algo tibio se derrama en su interior. Seguramente iba a costar limpiar eso, pero por ahora eso no le importa.
Sabe que pronto tendrá que separarse de él y es por eso que sigue abrazado al otro, pensando que quiere aprovechar todavía esas sensaciones con el cuerpo del otro pegado al suyo. De todas las veces que había tenido sexo definitivamente esta había sido la mejor. Aunque fuera su primera vez con un hombre y precisamente con su doctor.
Lo peor es queno es cualquier doctor, sino el psiquiatra que lo atendía porque todos pensaban que estaba loco. El mismo del que ahora no quisiera separarse jamás, independientemente de lo de Renge y eso. Quizá después de todo sí que era un maldito masoquista.]