*Sonríe con suavidad intentando ser coqueta, a pesar de que sus preciosas curvas ahora mismo no estaban muy patentes en ese cuerpo. Definitivamente era mucho más bonita cuando estaba en la cabeza de su "huésped". Pero no le importa demasiado. Ya había aparecido antes, aunque hubiese pasado algo de tiempo desde aquello. Desde que él apareció y no consintió que volviera a salir. Claro, debería tener miedo, después de todo ese hijo de puta les había amenazado a todos. Pero eso era algo que ya no le incumbía. Ya no.*
Además, no tengo de qué preocuparme. Deak no puede alcanzarme.