[La mordida no había sido nada comparada con el abrazo que el otro le regala, aferrándose tan fuerte a él que siente que le falta espacio para respirar.
De todas formas lo compensa al gemir tan cerca de su oído, respirando tan agitadamente que cree que se pondrá a hiperventilar en cualquier momento y le tendrá que dar primeros auxilios para que no se ahogue.
Pensaba tonterías, tan sólo para no dejarse llevar tan pronto, pues seguía penetrándole a un ritmo constante, pero mucho más lento de lo que querría. Aún así puede oler un ligero olor a sangre. Estúpido virgen. No tenía sentido]