[Suelta un ligero gemido, jadeando por debajo cuando siente que Alma le muerde en el hombro, bastante más fuerte de lo que hubiera esperado. Pero igual lo disfruta, también más de lo que creía.
Al parecer Alma no era el único masoquista aquí]
Tsk. Idiota.
[Habla entre dientes, hundiéndose por completo antes de salir y volver a entrar, siseando por el calor que le rodea. Tan estrecho. Y tan malditamente idiota como para dejarle seguir]