[Jadea con fuerza tratando de recuperar un poco el aliento para responderle algo. Lo que sea. De todas formas no sabe bien qué decirle, pues tiene la cabeza en blanco, pues está más concentrado en las sensaciones físicas que el otro le provoca.]
C-cállate, no... no estoy haciendo tanto ruido.
[Porque él se imaginaba que iba a querer llorar y patalear del puro dolor, pero conforme se acostumbra a la sensación, ese dolor no resulta ser tan malo después de todo. Tenía razón: Después de todo sí era un maldito masoquista.]