Como digas, jefe. Me concentraré en el sonido de tu dulce voz. Hasta puede que me excite y todo.
*Bromea mientras se recuesta contra la pared, se sienta derecho y se pone cómodo. Era la primera vez que pasaba por algo como esto, así que no tiene mucho más que hacer aparte de obedecer. A ver qué tal resultaba la experiencia.*