[Vuelve a jadear tan sólo por esa caricia, una que no sabía si había sido a propósito o si sólo pretendía molestarle. Sólo puede tragar saliva nuevamente, tratando de entender lo que el otro le dice, cosa nada sencilla dada la situación en la que estaban.
Así que todo se resumía a eso. Quería saber de sus alucinaciones porque tenían que ver con el maldito campo de flores que había en la cabeza de ese idiota y esa promesa que seguía sin comprender. No era como si las flores fueran algo tan extraño.
Pero luego le escucha decir algo como eso. Flores de loto. ¿De verdad le había dicho que eran flores de loto? No lo recordaba en lo absoluto]
F-flores de loto, ¿cómo sabes...?
[No, tenía que estar jugando con su mente, no podía permitir que eso pasara. Por eso cierra los ojos, dejando que su cabello ahora revuelto le tape ligeramente el rostro]
Ya te dije lo que querías. Sigue de una vez, maldita sea.