[¿Quién había dicho que no le gustaba verle llorar? Estaba bien, tampoco admitiría que de hecho le gustaba verle así, porque no sólo estaba mal y era signo de enfermedad, sino que se metería en graves problemas si ese idiota se lo decía a otros. Vuelve a chasquear la lengua]
Esas "tontas preguntas" como les llamas, son las que podrían ayudarte a salir de aquí. A menos de que disfrutes estar encerrado, moyashi.
[No creía que lo hiciera. A ninguno de los enfermos les gustaba estar encerrados, pero al menos aquí podían controlar esa fobia que tenía a los reflejos. El mundo exterior era terrorífico, él lo sabía muy bien]