Si no le gusta verme llorar, entonces simplemente no debería hacer sus tontas preguntas.
*Eleva un poco su voz, la cual aún le sale suave y tranquila. No le gusta que el muchacho se adentre en la habitación porque sabe que una vez ahí, nada le evitará pasar por el desagradable rato. Decide taparse más con la sábana a fin de que el otro no pudiera observarle demasiado*