[Se detiene frente a la puerta en donde se encuentra aquel chiquillo, revisando por tercera vez el historial que tenía en las manos a pesar de que prácticamente se lo sabía de memoria.
Allen Walker no era su paciente en exclusivo, pero últimamente había tenido que hacer varias sesiones con él a pesar de lo mal que se llevaban y no puede evitar preguntarse si los otros médicos tenían un gusto sádico por verle batallar con el pequeño mocoso. Porque no se tragaba para nada esa idiotez de que, gracias a sus estúpidas peleas sin sentido, el menor se olvidaba un poco de las cosas que le atormentaban.
Pero no servía de mucho, no si no conseguía ayudarle en realidad. Chasquea la lengua. Qué caso más complicado. Para él no era anormal querer golpear a alguien, pero quererlo abrazar sí que lo era. Joder, esos malditos pensamientos otra vez. Lo mejor era que abriera la puerta de una vez]
Oi. Estúpido moyashi, es hora de tu sesión.
[Que tuviera las cortinas corridas no debería de ser una excusa para acostarse tan temprano]