[Debería de aceptarlo simplemente. Él mismo se lo había recomendado, ¿no era así? Que se cambiara de doctor, que nunca más le volviera a hablar porque no era bueno para su salud que tratara directamente con la persona que estaba involucrada en sus alucinaciones.
Pero, estúpido Alma, no debió tomarle del brazo así cuando lo único que quería era mantenerlo a salvo de él. ¿Por qué demonios no lo entendía?
Aprieta los dientes, aprovechando que aún le sostiene del brazo para moverse bruscamente, obligándole a acercarse repentinamente a él y plantarle un beso en los labios.
Otra vez.
Estaba más enojado ahora que en aquella ocasión. Tan sólo por oír que se largaría, lo mismo que le había estado pidiendo desde el principio. ¿Por qué jodidos tenía que contradecirse a sí mismo y, además, arruinar todo de nuevo?]