Tsk. Qué irónico que me acuses de trucos rastreros, maldito idiota.
[Sigue sosteniéndole del brazo, aunque esta vez con más fuerza, aún si ese era el mismo cuerpo del conejo. Había sido complemente intúl que su paciente peleara, pero al menos lo había intentado. Eso era una ganancia]
¿A qué se debe tu pronta visita? ¿Tienes miedo?
[Al fin tenía armas para enfrentarse a él, ya no se trataba tan sólo de un médico sin vocación, sino también de la persona a la quería mantener bajo control. Debía preguntarle qué se sentía que sus planes de tantos años se estuvieran yendo al carajo]