*Aunque esa carta decía que había más. No sabe cómo sentirse, aparte de incrédulo y abatido, aunque para lo último ayudaba mucho la inyección que le acababan de poner. Todo lo que le parecía tan absurdo e imposible ha resultado ser cierto. Y lo peor de todo es que no lo había tomado en serio hasta ahora. Casi prefería vivir en la ignorancia que saber que estaba así de mal.
Entonces había un niño dentro de él y un loco al que le gustaba joder porque sí. Y se llamaban Deak y Junior. Qué gracia, hasta tenían nombre.*