¿Q-Qué me estás contando? ¡Y ya te dije que no recuerdo qué ocurrió con mi ojo! ¡No tengo idea de lo que pasó!
*Exclama alterado por todo. El tema de su ojo. Ya lo había contado miles de veces. Cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde, sólo recordaba el dolor insufrible de tener ese tenedor clavado y la cara de horror de su abuelo.
Deja caer el papel que tiene en las manos y observa sus dedos. ¿Se lo había hecho él sólo? ¿Eso es lo que le estaba diciendo su médico? Como si fuera tan idiota como para dejarse tuerto sólo porque sí. O tan loco. Pero se fija de nuevo en sus manos, y no puede ignorar esos restos de cera en la punta de sus dedos. ¿Cómo habían llegado ahí si él no había escrito nada?*
¡Aaah!
*De nuevo siente esa opresión en la cabeza, todo esto era demasiado confuso, demasiado abrumador. Imposible de creer aunque quisiera.*