Sí, ha pasado otra vez. Y seguro sigues sin creerte que durante esa hora estuve hablando con dos de tus "otros yo".
[Se inclina para recoger los colores de cera, volviendo a colocarlos en la caja. Si volvía ver a Junior, se los daría para que dibujara lo que quisiera sin obligarle a decirle nada a este cabeza dura.
Sabía que las personas de limpieza normalmente se encargaban de asear su despacho si las llamaba. Después de todo, algunos de los pacientes tendían a no aceptar demasiado bien que quisiera hablar con ellos. Pero un periódico arrugado, un libro tirado; él podía hacerse cargo de eso. Y la carta. Le mira desde donde está, sin atreverse a tomarlo por alguna razón]