*Niega con la cabeza con toda la energía de la que dispone, que no es mucha ya. No podía hacer más, no tenía el control suficiente para seguir ahí. Sólo le quedaba esperar a que todo pasara, que su carta sirviera de algo y echarlo todo al fuego. Antes de desaparecer.*
¡Señor! ¡Dígaselo!
*Exclama entre el dolor y el llanto, pidiendo ayuda desesperadamente. Sólo tenía que decírselo, él lo recordaría. Estaba seguro de ello.*