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Por eso considero mucho más entretenido torturar al idiota y al resto de imbéciles que aún siguen aquí dentro.
*Dice mientras se señala a la cabeza, ahí donde estaban todos esos egos fallidos de "Lavi", o al menos los que quedaban. Todavía les oye hablar entre ellos, algunos asustados, otros planeando inútilmente volverse contra él. Esos eran los que caerían primero. Y otros que simplemente estaban ahí, sin enterarse de nada. Como él.
Se vuelve a su asiento, retrocediendo sobre sus pasos para no darle la espalda y perder ese preciado contacto visual. Tal vez, podría tener un gesto cortés con ese médico después de todo, ahora que lo tenía comiendo de su mano.*
Heh. Puede que sea su día de suerte después de todo. Dejaré que hable con ellos antes de que desaparezcan. Le tiene especial cariño a Junior, ¿huh? No hace falta que lo niegue.