¿Entonces el conejo siempre deseó ser un desalmado psicópata que ama humillar a otras personas tanto como automutilarse? Bueno, por algo terminó aquí.
[Eso sí que no se lo creía. Puede que el conejo fuera un idiota, pero no creía que disfrutara con el sufrimiento de los demás, mucho menos con el suyo propio. Según su expediente su transtorno se había desencadenado por lo que había presenciado en la guerra. No podría haber pasado si no sintiera empatía por otros seres humanos.
O quizá era eso. El conejo no quería sentir nunca más. Qué patético]