Relájese doctor. No es bueno mostrarse exasperado frente a los pacientes.
*Se permite el lujo de corregirlo, sólo para burlarse de él. Parecía mentira que tuviera que explicarle lo que pasaba dentro de su cabeza luego de tantas sesiones. Pero no le sorprende. Al doctor Ceñofruncido le importaban una mierda la mayoría de sus pacientes, como a todos los malditos psiquiatras de ese hospital. El idiota debería agradecer que tuviera un historial tan grave y lo suficientemente peculiar como para despertar tanto interés en él, porque dudaba que realmente les importara a todos esos matasanos más allá de la curiosidad profesional de su caso.*
Dijo que todos nosotros teníamos que morir para poder curar a "Lavi", ¿cierto? Bueno, digamos que le he adelantado algo de trabajo.