*Deja de llorar de inmediato, sólo escuchando lo que Kanda le decía. La taza de Kanda estaba con el resto en la bandeja y era cierto que ella estaba haciendo eso cuando él vino a buscarla. No, no podía estar muerto entonces aún si él era aquel espadachín fallecido en la nieve*
Es verdad. Yo estaba con la bandeja en la ventana...
*Relaja la postura, tapándose el rostro con las manos algo confundida. Nada de lo que soñaba era real, como tampoco ninguno de ellos había muerto*