No creo que te quieras privar de las miradas de temor que te dirigen los otros pacientes tan sólo por joder al conejo. Necesitas más ese ojo que el conejo.
[Le dice, aunque debería de mostrarse preocupado por esa frase. Este paciente es propenso a la automutilación, decía su expediente, está prohibido darle cualquier instrumento con el que pueda herirse a sí mismo. Eso incluía los bolígrafos e incluso los tenedores. ¿No había sido eso lo que había usado precisamente? Entrecierra los ojos, analizando si debía de escribir aquello. Esas notas irían a parar a manos de los otros médicos también y no estaba seguro de querer que lo leyeran. Su terquedad podría llegar a ser peligrosa]