Tsk. Pareces demasiado fascinado por las manchas de tinta, es perturbador hasta para mí.
[La libreta donde tenía los apuntes del conejo era la que tenía más escrito, aunque también era la que le decía menos cosas. Mira los periódicos en su escritorio, aún no entendía por qué se los dejaban si a él realmente le tenía sin cuidado lo que pasara fuera de ahí. Por más que odiara el lugar, era su hogar. Prácticamente vivía ahí, con los enfermos. Incluso tenía una cama en uno de los pisos superiores. Pero daba igual, al menos podía chantajear al conejo con ellos.
Le lanza uno de los periódicos, esperando que lo atrape]