*Ya le parecía a él demasiada amabilidad. Entonces más le valía simplemente limitarse a obedecer y esforzarse en recordar si no quería acabar con un chichón en la cabeza. Pero no era culpa suya, si al menos le dejasen tener un bolígrafo, podría apuntarse las cosas para no olvidarlas, pero insistían en eso de que podía lastimarse otra vez si se lo daban.
Le sigue, todavía un poco reacio a la sesión de hoy pero resignado a ello. ¿Cuanto más tendría que pasar allí? Esperaba que al menos pudiera salir antes de que el viejo la espichara.*