[Vuelve a mirarle detenidamente, queriendo concentrarse de nuevo en lo que decía. Más sueños. Anota en su libreta. No era la primera vez que ella le hablaba de sueños raros, pero eso de que le temiera a sus zapatos era extraño hasta para él]
¿Por qué te duelen? En el sueño, ¿qué es lo que te hacen?
[Frunce el ceño, sin saber muy bien cómo formular su pregunta de modo que ella no le diera más respuestas vagas. Y verla sentada de esa forma no le ayudaba mucho en su concentración]
Nunca antes te habían hecho daño los zapatos, Lenalee.