Vale, vale, cuantas prisas... ¿Sabes? Tú también acabarás tocado de la sesera si te tomas la vida tan a pecho.
*Obedece a pesar de que no le hace demasiado gracia tener que ir a consulta justo ahora. No se sentía nada bien, por más que pasaran los meses y los años siguiendo la misma rutina. Por no hablar de que al salir ni siquiera recordaba gran parte de lo que habían hablado. ¿De verdad podía llegar a curarse así? Él lo dudaba bastante.*