Conejo idiota, ¿te olvidaste otra vez que tienes cita conmigo?
[Le mira desde donde está, considerando seriamente el golpearlo con la carpeta donde tenía el expediente de él mismo. Tan grande y tan pesada, mucho más que las otras que tenía, que esperaba al menos hacerle algún tipo de daño. Pero logra contenerse porque, después de todo, ese era uno de sus casos importantes y no podía permitirse arruinarlo todo. Claro que si ese imbécil se daba cuenta de eso, lo tendría jodido]
Aquí dice que tienes buena memoria. Tsk. Idioteces.
[O quizá era que sólo estaba siendo selectivo. Tampoco él disfrutaba mucho de atenderlo, sobre todo porque esa insistencia en la amnesia... Sabía que no debía de fastidiarle un síntoma de su propio paciente, pero era difícil no perder la paciencia con alguien que se zafaba de todo problema diciendo que no podía recordarlo]