*Se apresura a desmentir su apresurada teoría. Si no se explicaba, no había manera en que él adivinase lo que le pasaba, pero tampoco era agradable hablar sobre algo que le daba miedo.
Lo cierto es que los zapatos dolían y estaba segura de ello. Lo había visto en su sueño y prefería mil veces tenerlos helados a eso*
No me obligues a usarlos, por favor.
*Se aferra a la bata blanca de él con algo de desesperación*