*No le agrada demasiado el sabor dulce de su saliva, probablemente causado por la ingesta de chocolate del día en el que estaban, pero no dice nada. Era curioso que esa chica pudiera mantener tan bonita figura a pesar de gustarle tanto el chocolate. Otro punto a su favor además de lo ingenua que era. Guapa y tonta. Así le gustaban a él.
Sigue besándola, haciendo pequeñas pausas y separándose de ella mínimamente para luego volver a juntar sus labios, dejando oír esos pequeños sonidos que provocaban las ligeras succiones que hacía.
De todas formas ha de admitir que la estúpida virgen lo hacía mejor de lo que parecía en un principio. Tampoco era tan difícil, hasta el más idiota podía mover adecuadamente sus labios para dar un simple beso, y ella además parecía estarlo disfrutando.*
Aprendes rápido.
*Dice en voz baja, todavía contra los labios ajenos antes de apartarse despacio, dando por finalizado ese beso. Sólo ese.*