*Y estaba especialmente orgulloso de su habilidad para hacer felaciones.
Continúa masturbándole un poco más, mirándole desde ahí, hasta que decide volver a tomarlo en su boca apretando sus labios para ejercer más presión en él. La saliva hacía prácticamente el resto permitiendo que se deslizase con facilidad a cada empuje de su cabeza.
Realmente prefería hacerlo así, con su boca. El sólo hecho de sentir su lengua arder con el constante contacto del otro ya merecía la pena.*