*Siente que aquella pregunta se le clava dentro, como si de golpe le hiciera recordar la razón por la que ella se encontraba allí. Los ojos vuelven a empañarse rápidamente ante la simple mención, mientras aprieta suavemente la flor de papel, como acariciándola con los dedos*
No podía corresponderme. Eso fue todo.
*Responde, tratando por todos los medios de que su voz no saliese tan temblorosa. Ni sabe por qué le está contando finalmente lo que había pasado a ese chico, pero ya que él había compartido su problema con ella, sería lo justo*