[Aprieta los dientes, pero poco puede hacer para no dejarle escuchar lo excitado que estaba. Tiene que apoyarse en la pared, incluso sosteniéndose con la mano que no está sobre el cabello del conejo.
Maldición, aún no podía creer lo mucho que había mejorado este idiota desde que se decidió a chupársela por primera vez. Sabía que quizá no sería el primero al que se lo hacía, pero, joder, sí que sabía cómo demonios hacer hasta que sentía sus rodillas temblar. Aún así, se las arregla para hablar sin que se note mucho los jadeos que escapan de sus labios]