*Esta vez es él mismo quien se aplasta voluntariamente contra la cerca, buscando un apoyo que no fuese el cuerpo de ese desagradable sujeto. Por cómo le apretaba la erección, tenía la seguridad de que no se podría mantener en pie por demasiado tiempo más.
Entonces, escucha lo que le dice. Insinuar que se la metería no le hace gracia en absoluto. ¿Acaso quería violarlo en la maldita azotea? Tenía que estar completamente loco el jodido marica. Sin embargo, no se deja achicar por la cercanía de su rostro, si pensaba seguir asustándolo con palabras, lo callaría*
No te daría jamás ese tremendo gusto, capullo.
*Une sus labios con los del otro, sin darle tiempo a reaccionar, introduciendo de forma salvaje su lengua para adentrarse completamente en la desagradable boca del mayor*