*Todavía está bastante confundido, aunque es más incredulidad que otra cosa. Mira durante unos segundos más cómo Deak le ofrece los regalos de Allen y los toma en sus manos, tomando más conciencia de lo que pasa cuando palpa la textura del papel de carta y la caja de dulces. Como si no hubieran sido reales hasta el momento en que han acabado en sus propias manos.
Luego reflexiona durante unos instantes más sin apartar la vista de los obsequios que le han sido entregados. La caligrafía de la carta era definitivamente la de Allen, de verdad el menor le había escrito una nota para citarle en otro lugar el día de hoy. Pero a pesar de que ahora todo comenzaba a cobrar más sentido, había algo que no acababa de entender.*
¿Por qué has hecho esto?
*Pregunta a su hermano, sin comprender del todo este teatro. Ese maldito idiota, le había hecho pasar por el peor momento de su vida.*